LA NAVIDAD SOLIDARIA.
Todo comenzó la tarde del sábado dos de octubre, cuando Ana y Julia estaban jugando y viendo la televisión en la habitación de Julia Como cían muchos sábados. Mientras jugaban a maquillarse salió una noticia en la que una niña lloraba por la que las grandes inundaciones de Valencia causadas por la Dana se habían llevado todas sus cosas, parte de su casa y lo más valioso para ella, su piano. Cuando las niñas escucharon las noticias, se pusieron muy tristes. Y Ana la entendía perfectamente porque al igual que la niña, ella tocaba el piano cada día y era su afición favorita. Las dos amigas dejaron de jugar y pensaron que tenían que hacer algo, ya que la Navidad de esa niña sería muy triste sin música.
Después de pensar un rato Julia se acordó de que en casa de su abuelo, en el trastero, había un viejo piano con el que alguna vez había jugado. Rápidamente se lo contó a Ana y fueron corriendo a contárselo a la madre de Julia para ver qué le parecía la idea.
Las niñas le explicaron que podían arreglar el piano y llevárselo a ella. Y a la madre le pareció una idea fantástica. Salieron corriendo a la casa del abuelo de Julia, el abuelo Juan, le preguntaron sobre el viejo piano. El abuelo le respondió que ese piano tenía muchos años y no sabía en qué condiciones iba a estar. Los tres fueron al trastero y allí estaba el piano lleno de polvo, con muchas cajas encima, muchos rasguños y con algunas teclas que no funcionaban. Cuando Ana vio el piano y les dijo que a lo mejor su abuelo Julián les podía ayudar a arreglarlo, porque durante muchos años había trabajado en una tienda de instrumentos. Además, Julia y ella podía limpiar y barnizar el piano para que luciera como nuevo. Con todo repartido, se pusieron manos a la obra los dos abuelos y las dos niñas trabajaron juntos hasta que el piano empezó a sonar genial, que funcionará perfectamente. Pero le surgió un problema. ¿Cómo lo llevarían hasta Valencia? El abuelo Juan llamó a Óscar, el tío de Julia, que era transportista para ver si podía ayudarle. Óscar les dijo que sí, pero que como era la época de Navidad, tenía mucho trabajo y que hasta el día de Navidad que no trabajaba no podía ayudarles. La opción del Tío Óscar les pareció una idea increíble a las niñas porque estarían de vacaciones y les podría acompañar. Cuando llegaron a las vacaciones, Ana y Julia estaban nerviosas y emocionadas porque pronto entregarían su regalo. El día 24, día de Nochebuena, cenaron cada una con su familia y quedaron que por la mañana saldrían de camino a Valencia Y así fue, el día de Navidad Óscar y los abuelos en la furgoneta y Ana y Julia con sus padres y en sus coches empezaron su viaje al pueblo de la niña de la noticia. Llegaron al mediodía pero no sabían la dirección de la casa de la niña ni tampoco su nombre. Entre todos decidieron ir a la plaza del pueblo y preguntar a a gente si conocian a la niña de la noticia. Mientras preguntaban, Ana se subió a la furgoneta y no pudo resistirse a tocar una canción con el piano. Al escuchar la música, una niña se acercó a la furgoneta y cuando Ana terminó se llevó una gran sorpresa,| Era la niña de la televisión! Las dos niñas la contaron que la vieron en las noticias y que por eso estaban allí para entregarle un regalo, |Un piano! niña les dio un abrazo muy fuerte y llena de alegría se sentó al piano para tocar una canción. Muchos vecinos que estaban en la plaza se acercaron a escuchar la música y se unieron a ella con varios instrumentos y empezaron a tocar y cantar villancicos.
Alba, que así se llamaba la niña, les dio las gracias llorando de emoción porque sentía que con la solidaridad de Ana y Julia y de sus familias les habían llevado el espíritu de la Navidad.
Fin.
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