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domingo, 22 de diciembre de 2019

BOOK TRAILER DE "PENSANDO EN LAS MUSARAÑAS", DE MONTSERRAT CALDERÓN.


SOMEONE YOU LOVED BY 5º AND 6º STUDENTS OF FERNANDO DE ROJAS SCHOOL AT CHRISTMAS PARTY.

Si queréis ver la actuación de los alumnos de 5º y 6º del colegio público Fernando de Rojas de La Puebla de Montalbán, con motivo de la entrega de Pajaritas por parte de las autoridades de la localidad, copia y pega el siguiente enlace:

https://www.facebook.com/fernando.varona.315/posts/1440629082764499?notif_id=1577005358861032&notif_t=story_reshare


lunes, 2 de diciembre de 2019

PARTES DEL CUENTO, TUTORIAL.


CUENTO DE NAVIDAD 4.

En una pequeña ciudad había una sola tienda que vendía árboles de Navidad. Allí se podían encontrar árboles de todos los tamaños, formas y colores. El dueño de la tienda había organizado un concurso para premiar al arbolito más bonito y mejor decorado del año y lo mejor de todo es que sería el mismo San Nicolás quien iba a entregar el premio el día de Navidad. Todos los niños de la ciudad querían ser premiados por Santa y acudieron a la tienda a comprar su arbolito para decorarlo y poder concursar.
Por su parte, los arbolitos se emocionaban mucho al ver llegar a los niños. Cada uno de los abetos quería ser el elegido y les gritaban: '¡A mí... a mí... mírame a mí¡' Cada vez que entraba un niño a la tienda era igual, los arbolitos comenzaban a esforzarse por llamar la atención y lograr ser escogidos.
'¡A mí que soy grande!', '¡no, no a mí que soy gordito!' o '¡a mí que soy de chocolate!' o '¡a mí que puedo hablar!'. Se oía en toda la tienda. Pasando los días, la tienda se fue quedando sin arbolitos y solo se escuchaba la voz de un arbolito que decía: 'A mí, a mí... que soy el más chiquito'.
A la tienda llegó, casi en vísperas de Navidad, una pareja muy elegante que quería comprar un arbolito.
El dueño de la tienda les informó que el único árbol de Navidad que le quedaba era uno muy pequeñito. Sin importarles el tamaño, la pareja decidió llevárselo.
El arbolito pequeño se alegró mucho pues, al fin, alguien lo iba a poder decorar para Navidad y podría participar en el concurso.
Al llegar a la casa donde vivía la pareja, el arbolito se sorprendió: '¿Cómo siendo tan pequeño, podré lucir ante tanta belleza y majestuosidad?', se decía a sí mismo.
Una vez que la pareja entra a la casa, comenzaron a llamar a la hija: '¡Regina!... ven... ¡hija!... te tenemos una sorpresa'. El arbolito escuchó unas rápidas pisadas provenientes del piso de arriba.
Su corazoncito empezó a latir con fuerza. Estaba dichoso de poder hacer feliz a una linda niñita.
Al bajar la niña, el pequeño arbolito, se impresionó de la reacción de esta:
- ¿Esto es mi arbolito? Yo quería un árbol grande, frondoso, enorme hasta el cielo para decorarlo con miles de luces y esferas. ¿Cómo voy a ganar el concurso con este arbolito enano? - dijo la niña entre llantos.
- Regina, era el único arbolito que quedaba en la tienda - le explicó su padre.
- ¡No lo quiero! Es horrendo... ¡no lo quiero!, - gritaba furiosa la niña.
Los padres, desilusionados, tomaron al pequeño arbolito y lo llevaron de regreso a la tienda. El arbolito estaba triste porque la niña no lo había querido pero tenía la esperanza de que alguien vendría a por él y podrían decorarlo a tiempo para la Navidad. Unas horas más tarde, se escuchó que abrían la puerta de la tienda.
'¡A mí... a mí... que soy el más chiquito', gritaba el arbolito lleno de felicidad. Era una pareja robusta, de grandes cachetes colorados y manos enormes. El señor de la tienda les informó que el único árbol que le quedaba era aquel pequeñito de la ventana. La pareja tomó al arbolito y sin darle importancia a lo del tamaño, se marchó con él.
Cuando llegaron a casa, el arbolito vio como salían a su encuentro dos niños gordos que gritaban: ¿Lo encontraste papi?... ¿Es cómo te lo pedimos mami? Al bajar los padres del coche, los niños se le fueron encima al pequeño arbolito.
¿Y que pasó después? Acabad la historia vosotros mismos...


¿CÓMO ESCRIBIR UN CUENTO?


CUENTO DE NAVIDAD 3

Érase una vez, hace mucho tiempo, una isla en la que había un pueblecito. En ese pueblecito vivía una familia muy pobre. Cuando estaba próxima la Navidad, ellos no sabían cómo celebrarla sin dinero.
Entonces el padre de la familia empezó a preguntarse cómo podía ganar dinero para pasar la noche de Navidad compartiendo un pavo al horno con su familia, disfrutando de la velada junto al fuego.
Decidió que ganaría algo de dinero vendiendo árboles de Navidad. Así, al día siguiente se levantó muy temprano y se fue a la montaña a cortar algunos pinos.
Subió a la montaña, cortó cinco pinos y los cargó en su carroza para venderlos en el mercado. Cuando sólo quedaban dos días para Navidad, todavía nadie le había comprado ninguno de los pinos.
Finalmente, decidió que puesto que nadie le iba a comprar los abetos, se los regalaría a aquellas personas más pobres que su familia. La gente se mostró muy agradecida ante el regalo.
La noche de Navidad, cuando regresó a su casa, el hombre recibió una gran sorpresa. Encima de la mesa había un pavo y al lado un arbolito pequeño.
Su esposa le explicó que alguien muy bondadoso había dejado eso en su puerta.
Aquella noche el hombre supo que ese regalo tenía que haber sido concedido por la buena obra que él había hecho regalando los abetos que cortó en la montaña.
FIN