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viernes, 7 de septiembre de 2018

DIÁLOGOS PARA REPASAR


WELCOME TO SCHOOL!!!


Flor Nacional de Inglaterra (Rosa Tudor)

La Rosa Tudor también conocida como una Rosa Inglesa es una divisa o emblema heráldico tradicional de Inglaterra y toma su nombre y origen de la Dinastía Tudor.
Historia
La Rosa Tudor apareció por primera vez como emblema real en 1486. La familia de Lancaster, que tenía una rosa roja como escudo, y la familia York, que tenía una rosa blanca como símbolo, lucharon por el trono. La llamada "Guerra de las Rosas" terminó cuando Enrique Tudor derrotó a Ricardo III. Cuando Tudor, o el rey Enrique VII, se casó con Isabel de York en enero de 1486, las dos familias se unieron creando la dinastía Tudor. Enrique VII hizo que la Rosa Tudor roja y blanca fuera el nuevo símbolo real. También se exhibe en el escudo de armas de Canadá. Desde la corte de Enrique VIII hasta la moderna moneda de 20 peniques, la Rosa Tudor ha jugado un papel vital en la historia de los ingleses.
Descripción y diseño
El diseño de la Rosa Tudor representó la unidad y la lealtad al combinar las características tanto de las rosas blancas de los York como de las rosas rojas de los Lancaster. La base del emblema es la rosa roja de los Lancaster de cinco pétalos descansando en un follaje verde. En su centro está la rosa blanca de los York, también con cinco pétalos. La Rosa Tudor no ganó prominencia como una característica de diseño arquitectónico hasta la década de 1900, cuando adornó el exterior de muchos edificios públicos. Cada monarca británico desde 1486, ha llevado la insignia de la Rosa Tudor como la insignia oficial de Inglaterra y del Reino Unido.

La flor nacional inglesa es la Rosa Tudor. Fue adoptada como el símbolo de paz y el emblema de Inglaterra desde el tiempo de la guerra de las guerras civiles (1455-1485) entre la casa real de Lancaster (emblema de la rosa roja) y lacasa real de York (con emblema de rosa blanca).
Durante la “guerra de las Rosas“, las dos casas reales lucharon arduamente por el control de la corona. Hoy en día es posible ver el emblema estampado en el uniforme del equipo nacional de rugby.
La Rosa Tudor hoy en día y a lo largo de su historia tuvo varios usos. Se encuentra plasmada en la moneda de Veinte Peniques Británica y también en el Escudo del Reino Unido. Sutilmente la podemos encontrar en el Escudo de Canadá.

Podrás encontrar la rusa Tudor estampada en una gran diversidad de productos textiles o en los souvenirs que se pueden adquirir en los principales destinos turísticos


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jueves, 9 de agosto de 2018

MUY INTERESANTE PARA LOS PADRES Y MAESTROS.

ENTREVISTA | Mar Romera, maestra
"Estamos en un ranking competitivo de colegios contra colegios usando a los niños como moneda de cambio"
Mar Romera es maestra, especialista en educación emocional y defensora de los derechos de la infancia. Como defensora de los derechos de niños y niñas propone “respeto, escucha y calma"
"Se establece una competición entre las propias familias y nos preguntamos si realmente estoy dando a mi hijo el cole que merece, los idiomas que merece… Así hemos perdido el pensar en los niños y el sentido común", dice
"El ser humano se construye con la vivencia de todas las emociones. Un niño se convertiría en un psicópata si estuviera todo el rato


Mar Romera es maestra, especialista en educación emocional y defensora de los derechos de la infancia. Preside la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci. En esta entrevista, charla sobre la educación y la situación de la infancia en la sociedad en la que vivimos, “tremendamente neoliberal y consumista”. Como defensora de los derechos de niños y niñas propone “respeto, escucha y calma para poder realmente disfrutar, convivir y educar el principal tesoro del planeta, que es la infancia”. Romera se define a sí misma como una "hacker de la educación".
Dices que históricamente se controlaba a las personas con el miedo y ahora se hace con la alegría. ¿Por qué pasa esto?
Porque nos hemos ubicado en una sociedad tremendamente neoliberal y consumista en la se transmite el mensaje de yo soy feliz cuando puedo consumir lo que los demás consumen. Me venden que el consumo garantiza la felicidad.
¿Qué consecuencias tiene esta apuesta por la alegría y la felicidad a través del consumismo para la vida en familia?
Se establece una competición entre las propias familias y nos preguntamos si realmente estoy dando a mi hijo el cole que merece, los idiomas que merece… Así hemos perdido el pensar en los niños y el sentido común.
Está muy extendida la idea de que hay cuatro emociones primarias (miedo, ira, alegría y tristeza) y tú hablas de diez (añades curiosidad, admiración, sorpresa, seguridad, culpa y asco). ¿Por qué es importante entender todas estas emociones?
No podemos decir que existen emociones buenas y malas. ¿Por qué? Porque se planteará la necesidad de erradicar las emociones negativas de la vivencia del ser humano. Esto no tiene sentido, porque el ser humano se construye con la vivencia de todas las emociones. No puedo quitar el miedo, porque me salva la vida. No puedo quitar el enfado, porque me da la energía necesaria para superar obstáculos. No puedo erradicar la culpa, porque me ayuda a reparar.
En el modelo de las cuatro emociones básicas se nos dice que todo lo que no es negativo es alegría. Yo no puedo pretender la alegría constante. Un niño se convertiría en un psicópata si estuviera todo el rato contento. Hay muchos estados emocionales que no son la alegría, como el amor, que es un sentimiento que nace de la admiración. No aprendemos en alegría, sino en curiosidad. Tener en cuenta estas diez emociones nos da muchísima información.
¿Por qué hasta ahora se ha ninguneado el mundo emocional?
En el siglo pasado quien tenía el conocimiento tenía el poder y el mundo emocional estaba limitado a la intimidad de las familias y muy controlado por el poder religioso. Pero ahora, cada día conocemos un poquito más el cerebro. Y así sabemos que cualquier decisión racional viene mediatizada por las emociones. Los publicistas descubren que apelar a la emoción es mucho más efectivo que apelar a la razón. Conocer el cerebro emocional es mucho más rentable que conocer el racional.
Por otra parte, los niños y niñas en épocas pasadas desarrollaban sus emociones básicas en la calle con sus pandillas. Daniel Goleman, autor de Inteligencia emocional, dice que si los niños y niñas siguieran jugando y creciendo en la calle no sería necesario incluir la educación emocional en las escuelas. La escuela está pensada para compensar lo que no se da de manera natural. Mi padre, nacido en una Guerra Civil, desarrolla su inteligencia emocional en la calle. Mis hijas, nacidas muy a finales del siglo pasado, no pueden desarrollar su inteligencia emocional en la calle porque no existe la calle para ellas. Existe el mundo de la comodidad, de la sobreprotección, del consumo, pero no existe la calle.
Dices que te preocupa especialmente la salud mental de los niños y adviertes de que los datos muestran que en la próxima década un 25% de los niños sufrirá trastornos de salud mental ( según la OMS, el 20% de niños y adolescentes tiene problemas mentales). ¿A qué se debe esto?
Para mí hay tres razones fundamentales. La sobreprotección, que no permite a nuestros niños y niñas crecer. La sobreestimulación: les exponemos a miles de imágenes y estímulos pero sus cabezas necesitan tiempo. Los horarios de los niños son una barbaridad que no soportaría ni el más alto ejecutivo. Nuestros niños están sobrerregalados.
Si además no tienen referentes, en referente se convierte cualquier youtuber. Salir sano de esto es casi una odisea. No existe la espera, no existe el autocontrol, no existe la autoevaluación, la reflexión.
¿Qué nos ha pasado como sociedad para que hayamos olvidado este sentido común y hayamos apostado por educar con sobreprotección, sobreestimulación, sobrerregalos y sin referentes?
Nos ha pasado que con eso, aparentemente, regalo alegría. Siempre lo cuento: Mi padre nunca pudo tener una bici, aunque la pidió. Cuando yo era pequeña, y ya he gastado 51 años de mi vida, pedí una bici y los Reyes Magos tardaron dos años en traérmela. Cuando mis hijas pidieron una bici, los Reyes Magos se la trajeron ese año. Cuando mis sobrinos pidieron… no, no, es que no la han pedido, tienen cuatro bicis. Queremos compensar lo que no tuvimos y tenemos una especie de bulimia de consumo para el ocio y la felicidad: consumo y vomito, porque realmente no lo necesito.
¿Esta sociedad respeta el derecho de las familias a cuidar y los derechos de la infancia?
La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño dice en su artículo 3 que prevalece siempre el interés del menor. Si solamente tuviésemos en cuenta ese artículo, cambiaría todo, incluso las leyes de educación. En el artículo 31 se habla del derecho al ocio y al juego. Esto se nos ha olvidado. Seguimos viendo por las calles carteles de prohibido jugar. Hay un artículo 12 que habla del derecho a opinar sobre aquellos aspectos que les incumben, y tampoco los tenemos en cuenta, porque consideramos que no son ciudadanos. Decimos que los preparamos para ser los ciudadanos de mañana, pero son los ciudadanos de hoy.
¿Qué tendría que cambiar para construir una sociedad en la que estos derechos se vean respetados?
Lo primero que tendría que cambiar es la visión, mirar con ojos de niño, escuchar su opinión y cómo perciben el mundo. Lo segundo, como somos sus referentes, deberíamos cuidarnos mucho los adultos y saber que un niño es el gran tesoro de toda la comunidad y para educarlo hace falta toda la tribu. Nos ponen como ejemplo modelos educativos de los países nórdicos, que han considerado que la única materia prima o tesoro potencial que tienen es la infancia.
Se habla de las medidas de conciliación familiar, pero consisten en ampliar el horario escolar. ¿Perdona? Eso no es conciliación, es meter a los niños en situaciones de trabajo de 12 horas diarias. Hablamos de mejorar el sistema educativo y les ponemos pruebas externas. Está demostrado que en todos los países europeos los sistemas educativos gestionados con estándares y pruebas externas han fracasado. Nos metemos en un ranking competitivo de coles contra coles usando a los niños como moneda de cambio.
Ya que dices que el contexto actual no facilita la salud mental de nuestros hijos, ¿qué necesitarían las familias para educar en una sociedad más sana?
No culpabilizar a los padres y madres es una cosa que yo tengo muy clara. Las familias, excepto en casos extremos de maltrato, quieren a sus hijos. Otra cosa es que no saben hacerlo de otra manera. No hemos sido capaces los adultos de adaptarnos a la situación de cambio en la que vivimos. En los últimos 20 años la sociedad ha vivido una evolución como los 20 siglos anteriores, sobre todo por la tecnología. Necesitamos mucho más encuentro, más respeto, escucha, y sobre todo, necesitamos tener más tiempo para estar con nuestros hijos. Aquí es inevitable plantearnos cuánto tiempo dedicamos a la baja maternal y necesitamos mucho más tiempo. Los niños no pueden estar en una institución educativa 10 horas. Además, necesitan niños, de diferentes edades, porque se tienen que desarrollar entre iguales.